Quisiera que en este instante estuvieras conmigo, claro es imposible porque tú estás muy lejos para alcanzarte; pero recuerdo con tanto cariño esos besos, caricias y esos consejos que con tanta alegría me diste cuando niña.
A pesar de todo te extraño bastante, anhelo sentir que tú estás viva.
Sé que es imposible, pero el recordarte me llena de felicidad, tú más que nadie me enseñó a valorar la vida y respetarla, luchar, salir adelante pese a las dificultades; pero tu apoyo incondicional tiene un valor inmenso para mí. Por eso, se dice madre hay una sola. Quizás en algún momento no te valoré, no soy perfecta, también me equivoco, pero tú siempre estás. Hoy le doy gracias a Dios por ser como soy.
Mamá sé que quizás no podrás leer estas palabras, pero te las escribo de todo corazón, pensando quizás en alguno de mis compañeros que tampoco tienen mamá.
Ojalá donde estés alcances la felicidad que te mereces.
A pesar de todo te extraño bastante, anhelo sentir que tú estás viva.
Sé que es imposible, pero el recordarte me llena de felicidad, tú más que nadie me enseñó a valorar la vida y respetarla, luchar, salir adelante pese a las dificultades; pero tu apoyo incondicional tiene un valor inmenso para mí. Por eso, se dice madre hay una sola. Quizás en algún momento no te valoré, no soy perfecta, también me equivoco, pero tú siempre estás. Hoy le doy gracias a Dios por ser como soy.
Mamá sé que quizás no podrás leer estas palabras, pero te las escribo de todo corazón, pensando quizás en alguno de mis compañeros que tampoco tienen mamá.
Ojalá donde estés alcances la felicidad que te mereces.
Katherine Tordecilla
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