martes, 25 de septiembre de 2007

La Cabaña del Diablo


En un campo llamado “Blood” vivían dos hermanos, la mujer se llamaba Alicia y su hermano menor Gerard. Ellos vivían solo, porque su madre murió al ser atacada, sin razón alguna, por un gran cuervo, le saco los ojos y comió la lengua de la forma más sangrienta y repugnante.
En aquel tiempo Gerard solo tenía diez años y vio la cruel escena en donde su madre muere sin defenderse, Gerard traumado decide tragarse todas sus palabras y llanto, el se devuelve a su casa y no dice nada de lo sucedido a nadie. Claro que Alicia de dieciséis años no tardaría en darse cuenta que su madre no aparecía, muy extrañada va donde su hermano y le pregunta por su madre, el no dice nada. Alicia deja pasar unos segundos y vuelve a preguntar, Gerard no dice nada, estaba totalmente mudo. Alicia muy asustada sale corriendo de la casa y empieza a buscar a su madre, la estuvo buscando por más de tres horas. Rendida se devuelve a su casa, por un camino que no acostumbraba recorrer, Alicia en ese momento recuerda que su hermano menor estaba solo en casa así que trata de apresurarse. Unos minutos antes de llegar a casa, se da cuenta que hay unos pájaros muy feos comiendo algo, Alicia muy curiosa se dirige hacia el lugar y ve el cuerpo de su madre totalmente despedazado, ella muy asustada manda un grito tan fuerte, que todos los cuervos vuelan haciendo un tenebroso ruido.
Han pasado diez años desde que ocurrió ese cruel encuentro.
Alicia ha ido aprendiendo a superar ese trauma y a vivir con el dolor, pero Gerard ahora hecho un hombre de veinte años no ha podido aceptar la muerte de su madre, tanto así que ha empezado a drogarse.
Un día ya harta de los comentarios negativos de Gerard y la forma constante en que se drogaba Alicia le grita y dice que tiene que enfrentar la situación y que nunca podrá olvidar aquel momento con un montón de pastilla para drogarse, Gerard responde: “no enfrentaría la escena aunque me pagaras, este campo esta lleno de esos malditos pájaros que aun nos rodean y me recuerdan a nuestra madre siendo atacada ¡este lugar esta lleno de brujas las cuales nos maldicen cada vez que salimos de esta cabaña¡ hermana, no soy buen poeta para explicarte mis sentimientos, mas bien soy un criminal… pude haber salvado a nuestra madre ¡y no lo hice¡ Así que dame tu veneno, dame todas tus píldoras y dame todos tus corazones desesperanzados y hazme enfermar”. Alicia llorando le grita que él esta enfermo mentalmente y que iba a predicar para que él se recuperara y si no puede hacerle cambiar tendría que matarlo, Gerard dice: “¿es eso lo que quieres? Entonces dispara a voluntad, predica lo que quieras, pero ¡quien va a salvarme! Tengo un arma en el libro que me diste, ¡ALELUYA! Eso es lo que quieres que grite, pues ya lo hice y no e cambiado de actitud, así que ve por el arma y aprieta el gatillo ¡y mátame!
Alicia totalmente confundida va por el arma, la lleva donde está su hermano y le dice: “¡no somos mortales! Pero vivimos en soledad, e intentado ser alegre, esta noche, esta noche caeré en el agujero mas profundo pero antes moriré” Gerard: “¿morirás?”
Suena un disparo… Gerard cierra sus ojos se tira al suelo y comienza a llorar. Pasan unos minutos, se escucha el sonar de la puerta, Gerard totalmente desconsolado habré la puerta, entran unas extrañas señoras, rodean el cadáver ensangrentado de Alicia y empiezan a decir unas extrañas palabras. Gerard no comprendía que sucedía, y muy asustado comienza a preguntar quienes eran y que hacían aquí, una de ellas sale del tenebroso círculo y le dice a Gerard que todas ellas eran hija del diablo o más bien del gran cuervo que mato a su madre, y que venían en busca del cuerpo de Alicia, Gerard se desespera e intenta matar a aquella extraña señora, pero de la nada aparece el cuervo, entierra su afilado pico en el corazón de Gerard y se lo comienza a comer, Gerard muere instantáneamente.
Nadie sabe que fue lo que luego sucedió, sólo saben que aquella casa es gobernada por el diablo y sus malévolas hijas.
Kely Arredondo

lunes, 24 de septiembre de 2007

Taller Invisible y el teatro

Durante este semestre, el taller se encuentra trabajando en una obra dramática juvenil muy vertiginosa y divertida llamada "Pasiones y Soponcios". Los alumnos del Primer año del Liceo Yobilo A - 82 se encuentran en un período de preparación del personaje, pues se viene el casting para la asignación de los roles.
Te invitamos a seguir de cerca esta lúdica obra juvenil, un saludo a todos...

Invisible

viernes, 14 de septiembre de 2007

La historia de Kida (W. Elric)



Ya habían pasado dos semanas desde la muerte de Jinta. Kida visitó su tumba y se quedó un día llorando ahí. No se podía explicar por qué le habían sacado el corazón. Recordaba ese día, cuando lo habían pillado en el bosque, al lado de un árbol gigante. La policía buscó al asesino, pero cerraron el caso por no tener pistas.
– Hija, debes olvidar, - se le acercó la madre- deja quedarme en tu casa, no es bueno que estés sola.
– ¡No! - gritó Kida- ¡Nadie me puede ayudar!

Salió corriendo al bosque, se sentó al lado del árbol donde había muerto su novio. Empezó a llover y se durmió.
Vio a un hombre. Andaba con un sombrero de punta inclinado a derecha, vestía un abrigo negro que llegaba hasta el suelo. Sus ojos eran inexpresivos y el pelo le llegaba a los hombros, ambos negros. Su piel era blanca.
– Ya has cambiado. Desentierra lo que está a tu lado - le dijo.

Kida despertó, su sueño había sido tan real que decidió cavar la tierra húmeda. Quedó completamente perpleja ¡Era la espada de Jinta! Leyó la escritura de la hoja “tu muerte no vale nada, si no es por venganza”. Realmente era de él.
Pasó un mes y ella seguía soñando con el hombre y lo único que le decía era : “Nadie fue”, y se despertaba.

Una noche iba caminando por una calle y escuchó hablar a una pareja:
– Ese Dee, jamás cambiará de ropa, ¡Ni el negro!
– Hasta su pelo y sus ojos son negros – le dijo el señor.
– ¿Quién es ese tal Dee? - Interrumpió Kida.
– Él es un mago. - Respondió la mujer.
– Yo creía que ya no existían.
– Es el último de este país. - Apuntó el hombre.
– ¿Cómo lo conocen?
– Pues, hace un mes, llegó ensangrentado y nosotros lo alojamos en nuestra casa, él se bañó y yo le lavé la ropa. Mi esposo desconfiaba de él, creía que era un asesino, pero Dee nos convenció que no lo era y nos contó que era un mago.
– ¿Por qué te interesas tanto por él? - Preguntó el hombre.
– Es que desde la muerte de mi novio, él se me aparece y lo único que me dice es: “Nadie fue” ¡Ni siquiera sabía que existía!
– Algo sabe de ti o de tu novio. - Le dijo el hombre.
– ¿Dónde está?
– Nos llegó un comentario de que está en la “Marca de Sangre”, un bar. Queda a cinco cuadras de aquí.
Kida se fue corriendo.

– Lo que llevaba en su espalda. ¿Era una espada querido?
– Sí.

Estaba agitada, había llegado a la “Marca de Sangre”. No había luz, sólo un pequeño farol arriba de la puerta; la abrió. Habían solamente hombres. Algunos bebían, discutían y dormían. Kida se acercó al mesón. Un hombre servía ron.

– ¡Oye! ¿Has visto a alguien de negro?
– ¿Qué haces aquí niña? ¿Buscando a tu novio?
– ¡Qué te importa si es o no mi novio!
– Vete de aquí antes que tengas problemas.
– ¿Viste a alguien de negro? Insistió Kida.
– Pidió no ser molestado.

Corrió a otra puerta y entró. El barman lo siguió. Kida entró a un cuarto, no había nadie. Miró por la ventana que estaba abierta. Daba al bosque. Saltó. El hombre la vio correr y volvió a su trabajo.
Se dirigió al árbol donde había muerto Jinta. No había nadie.
– No quiero volver a casa – Se dijo.
Trepó el árbol y se sentó en una rama gruesa. Se durmió y oño.

– Nadie fue.
– ¡De qué!.- por fin pudo hablar Kida.
– Despierta- le dijo el mago.

Kida despertó, estaba botada en el suelo. La espada estaba botada a su lado. Vio una sombra y se levantó tomándola
– ¡¡Dee!!
Volteó y la miró de frente.
– ¡Así que eres tú quien perturba mis sueños!
– Antes eras pasiva, ahora estás desquiciada.
– ¿Cómo puedo seguir siéndolo? ¡Tú mataste a Jinta y le quitaste el corazón!
– ¿No encontrar al asesino te ha llevado a creer que soy yo?
– ¡Tú llegaste hace un mes a una calle, ensangrentado!, es obvio que eres tú.
– En tu conclusión, sólo hay una parte de verdad.
– ¿Cuál?
– Jinta me pidió que le diera alguna pócima para poder amar a una sola persona, pero no se la di. Él amaba a otra persona, aparte de ti.
– ¡¡Qué!! ¡mentira! –gritó, le puso la espada en el cuello y lo empujó al tronco.
– No te quería dañar –continuó pasivo –así que decidió matarse, ¡nadie fue!
Kida se enfureció y le hizo un corte en el cuello de Dee.
– ¿Por qué mientes?- le gritó más fuerte.
– Yo no miento –seguía igual de pasivo – un día antes de morir, me pidió que le sacara el corazón y te lo entregara.
– ¿Dónde está?
Dee extendió la mano izquierda y la movió a un lado, la tierra se juntó en un lugar y se desenterró un baúl.
Kida dudó un rato y luego se agachó. Estaba impaciente. Abrió el baúl y ahí estaba el corazón de Jinta, palpitaba despacio, al lado de él había una carta, leyó:
“un mito dice que al sacar el corazón de una persona, éste palpita has ta que lo encientra su amor, luego su palpitar se acaba. Compruébalo Kida”.
Kida se vuelta a mirar al mago, ya no estaba.
Ella enterró el corazón, una noche estrellad, cuando ya no palpitaba más. Conservó la carta. No soñó más con Dee y ella no lo buscó. Llevó a su madre a vivir con ella.






Dayanne Jara (W. Elric)

Mamá



Quisiera que en este instante estuvieras conmigo, claro es imposible porque tú estás muy lejos para alcanzarte; pero recuerdo con tanto cariño esos besos, caricias y esos consejos que con tanta alegría me diste cuando niña.
A pesar de todo te extraño bastante, anhelo sentir que tú estás viva.
Sé que es imposible, pero el recordarte me llena de felicidad, tú más que nadie me enseñó a valorar la vida y respetarla, luchar, salir adelante pese a las dificultades; pero tu apoyo incondicional tiene un valor inmenso para mí. Por eso, se dice madre hay una sola. Quizás en algún momento no te valoré, no soy perfecta, también me equivoco, pero tú siempre estás. Hoy le doy gracias a Dios por ser como soy.
Mamá sé que quizás no podrás leer estas palabras, pero te las escribo de todo corazón, pensando quizás en alguno de mis compañeros que tampoco tienen mamá.
Ojalá donde estés alcances la felicidad que te mereces.





Katherine Tordecilla

Palabras

I

El cielo las estrellas
un aire me llevó
sabía que era ella
y nunca me olvidó

II

Cuando me besan
no se quién es
siento que me abrazan
y me da estrés

III

Quisiera ser pensamiento
para estar dentro de ti
y hacer lo que
tú haces cuando estás lejos de mí





Jairo Ramos

Aún no vengas


El sonido de la muerte
es el que no quiero escuchar
creo que te veo
me siento mal
mi cuerpo tiembla
al pensar que cerca estás

Ahí vienes te veo
creo que vienes por mí
déjame en paz!
ya he sufrido bastante
siento martirio y delirio
al pensar que por mí estás

Déjame en paz
aún no quiero morir
pero si te das cuenta
mi alma ya lo está.





Kely Arredondo

La primavera y yo

Miro la mañana
y estoy maravillado
he visto que la primavera
ya ha llegado.

Me levanto de la cama
con un salto improvisto
y escucho como la mañana me dice
lo rápido que me visto.

Camino y camino
con rumbo hacia el liceo
mirando con agilidad las rosas
como un zorro culpeo.

Quedo tan maravillado
con este rocío de flores
que golpean sobre mi faz
como rosa cromática de muchos colores.

Después de las clases
camino hacia mi hogar
y ¡ay! de estas flores
que no las dejo de pensar.




Adrián Acuña